Santiago a los Primeros cristianos.
«No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano o lo juzga, habla mal de la Ley y la juzga. Y si juzgas la Ley, ya no eres cumplidor de la Ley, sino juez. Uno solo es legislador y juez, el que puede salvar y perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo?»
«No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano o lo juzga, habla mal de la Ley y la juzga. Y si juzgas la Ley, ya no eres cumplidor de la Ley, sino juez. Uno solo es legislador y juez, el que puede salvar y perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo?»
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