MARIO ICETA GABICAGOGEASCOA,
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE
LA SEDE APOSTÓLICA,
OBISPO DE BILBAO
DECRETO
«Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de
la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz». Estas palabras
del Santo Padre Francisco nos introducen en el Jubileo de la Misericordia para
que seamos “misericordiosos como el Padre”. «Hay momentos —afirma el Papa— en
lo que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en
la misericordia, para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar
del Padre» (MV 3).
En la Bula de convocación de este Jubileo Extraordinario
el papa Francisco afirma que «la misericordia es la viga maestra que sostiene
la vida de la Iglesia». Es necesario, pues, volver a descubrir el sentido y la
práctica de las obras de misericordia espirituales y corporales. No se puede
olvidar que la misericordia se hace visible en gestos concretos.
El Jubileo de la Misericordia necesita ser celebrado con
calidad, sencillez y belleza para que este tiempo que media entre el día 8 de
diciembre de 2015 y el 20 de noviembre de 2016, inicio y conclusión del
Jubileo, sea para todo el pueblo de Dios «un momento extraordinario de gracia y
de renovación espiritual» (MV 3).
En conformidad con lo establecido en la Bula Misericordiae Vultus y la Carta en la
que el Santo Padre Francisco concede la indulgencia con ocasión del Jubileo
Extraordinario de la Misericordia, DECRETO para nuestra diócesis de Bilbao, lo
que sigue:
- Los templos jubilares serán la santa
iglesia catedral del Señor Santiago y el santuario de Begoña. En ambos
templos se posibilitará a los fieles el poder celebrar el sacramento de la
Reconciliación.
- El día 13 de diciembre (III Domingo de
Adviento) será abierta la Puerta Santa de la iglesia catedral y, al mismo
tiempo, será inaugurado el Año Jubilar en el santuario de Begoña.
- En el Año de la Misericordia, la
indulgencia tiene una relevancia especial. Se puede alcanzar, por la
misericordia de Dios, la indulgencia plenaria de la pena temporal por los
propios pecados y aplicable en sufragio de las almas de los fieles
difuntos, con las condiciones de costumbre: arrepentimiento, confesión,
comunión sacramental y oración por las intenciones del Papa.
- Se lucrará la indulgencia en cualquiera
de los dos templos jubilares visitados en peregrinación en los que se
participe en alguna celebración, o, al menos, se tenga un tiempo de
meditación y se recen el Padre nuestro, el Credo, se invoque a la Virgen
María y se ore por las intenciones del Papa.
- Quienes no pueden llegar a los templos
jubilares por causa justa (p. ej.: personas presas, enfermas, ancianas,
impedidas, vida monástica en clausura, etc.), podrán obtener la indulgencia,
rezando en su capilla o donde se encuentren, lo dicho en el punto anterior
y, si es posible, uniéndose a alguna celebración, también por los medios
de comunicación. Será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento
como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión,
muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a
la soledad.
- Los presbíteros con licencia para oír
confesiones podrán absolver en cualquier lugar de la Diócesis, dentro del
sacramento de la Reconciliación, del pecado de aborto a quienes, debidamente
arrepentidos, pidan el perdón.
- El día 13 de noviembre de 2016 se
cerrará la Puerta Santa de la iglesia catedral y se clausurará el Año
Jubilar en el santuario de Begoña.
Por intercesión de la Virgen María pedimos con el Papa:
«En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios
que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de
ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente
en el confortar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y
repita con confianza y sin descanso: Acuérdate,
Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos (Sal 25,6)».
Dado en Bilbao a veintitrés de noviembre de dos mil
quince.
X Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao
Por mandato del Sr. Obispo
Félix Mª Alonso Alonso
Canciller
No hay comentarios:
Publicar un comentario