“Vivimos vidas que no son las nuestras; respondemos a interrogantes que nadie nos ha formulado; nos quejamos de enfermedades que no padecemos; aspiramos a ideales ajenos y soñamos los sueños de otros. No hay exageración, es así: casi todos nuestros proyectos de felicidad son quiméricos. Las ideas que decimos acariciar no son nuestras; nuestras aspiraciones son las de nuestros padres, y hasta nos enamoramos de personas que en verdad no nos gustan. ¿Qué nos ha pasado para sucumbir a semejante impostura? Persigo algo que en el fondo no deseo. Lucho por algo que me es indiferente. Tengo una casa intercambiable con la de mi vecino. Hago un viaje y no veo nada. Me voy de vacaciones y no descanso. Leo un libro y no me entero. Escucho una frase y soy incapaz de repetirla. ¿Cómo es posible que no me conmueva ante un necesitado, que no responda cuando me preguntan, que siempre mire hacia otra parte y que no esté donde de hecho estoy?”
Pasaje de: d’Ors, Pablo. “Biografía del silencio.”
Y si acaso me doy cuenta de esto ya llevo mucho camino recorrido.
Pasaje de: d’Ors, Pablo. “Biografía del silencio.”
Y si acaso me doy cuenta de esto ya llevo mucho camino recorrido.
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