jueves, 29 de noviembre de 2012

Benedicto XVI Sobre cómo hablar de Dios en Nuestro tiempo

Os añado aqui un Archivo mp3 donde Benedicto XVI nos explica en una de sus audiencias como hablar de Dios en Nuestro tiempo

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lunes, 26 de noviembre de 2012

Que valiente el tio!!. El si que tenia el Secreto.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Año de la Fe En Vizcaya

Durante el Año de la Fe, que comenzó el pasado 11 de octubre y se prolongará hasta el 24 de noviembre de 2013, podrán lograr la Indulgencia plenaria los fieles que tras cumplir las condiciones de confesión sacramental, comunión eucarística y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice visiten en peregrinación y participen en alguna celebración sagrada en determinados templos.


Los templos diocesanos en que podrá lograrse la indulgencias durante el presente Año de la Fe son: La catedral de Santiago; los santuarios de Nuestra Señora de Begoña, San Felicísimo de Deusto y los Santos Antonios de Urkiola;  y las basílicas de Portugalete, Durango, Elorrio y Lekeitio. Los fieles que así lo deseen, también pueden recibir indulgencia plenaria en las diferentes solemnidades del Señor y de la Virgen, fiestas de los Apóstoles y en el día de nuestros Patronos. También en un día libremente elegido, renovando las promesas bautismales junto a la fuente bautismal. Las personas enfermas e impedidas pueden recibirla rezando en su residencia el Credo y el Padrenuestro y otras oraciones.


jueves, 22 de noviembre de 2012

La trilogia de Benedicto XVI, la Infancia de Jesús


El Papa finalizó una trilogía sobre la vida de Jesús de Nazaret

En el último libro habla sobre su niñez. Asegura que en el Pesebre no había buey ni asno pero confirma la estrella de Belén.

Edición Impresa: jueves, 22 de noviembre de 2012
El Papa finalizó una trilogía sobre la vida de Jesús de Nazaret
El Papa Benedicto XVI recibe una copia de su nuevo libro “La infancia de Jesús”. (AFP)

Agencia AFP

El Vaticano presentó el tercer y último libro del Papa Benedicto XVI dedicado a la infancia de Jesús de Nazaret, con el que culmina un extenso análisis sobre la figura central del cristianismo y "dialoga" con las narraciones de Mateo y Lucas.

El libro, con el título “La infancia de Jesús”, de 147 páginas, traducido a nueve idiomas y que será distribuido en 50 países, es el fruto de nueve años de trabajo y fue iniciado cuando el Papa era aún el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, y uno de los teólogos más prominentes de la Iglesia Católica.

“Quiso dedicar todos sus ratos libres a ese proyecto, tan deseado”, contó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, durante el lanzamiento en el Vaticano al que asistieron centenares de periodistas y religiosos.

En el prefacio, el Papa explica que “no se trata del volumen tercero” sino de una pequeña “antesala” a los dos libros precedentes en los que abordó la vida pública de Jesús (2007) y los episodios de su pasión y muerte (2011).

“Aquí he buscado interpretar un diálogo con revelaciones del pasado y del presente, es decir, lo que Mateo y Lucas cuentan al inicio de sus Evangelios sobre la infancia de Jesús”, escribió el pontífice.

Durante la presentación, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, explicó que se basa ante todo en 180 versos de los Evangelios de Mateo y Lucas.
La infancia de Jesús ha sido “muy ilustrada” y generó “una selva de escritos”, explicó Ravasi. La editorial Rizzoli adelantó algunos fragmentos tomados de las páginas 36 y 38 de la obra, en las que el Papa recuerda que “Jesús nació en una época determinada con precisión. Al inicio de la actividad pública de Jesús, Lucas ofrece una vez más una fecha detallada y cuidada de aquel momento: es el 15º año del imperio de Tiberio César”.

“Jesús pertenece a un tiempo exactamente datado y a un ambiente geográfico exactamente indicado: lo universal y lo concreto se tocaban el uno al otro”, añadió. Los libros del Papa se han convertido en casos editoriales, entre ellos el libro entrevista “Luz del mundo”, que vendió más de un millón de ejemplares.

El Pesebre
Dividido en cuatro capítulos, Benedicto XVI aborda los textos sobre el anuncio del nacimiento de Jesús, su significado, analiza el alcance del diálogo entre María y el arcángel Gabriel y explica también el contexto histórico en el que nació. Benedicto XVI afirma que Jesús nació entre los años 6 o 7 antes de la fecha oficialmente reconocida, confirmando las investigaciones de varios historiadores que sostienen que el monje Dionisio cometió un error de datación al cambiar el calendario.

El teólogo Joseph Ratzinger sostiene que en el humilde lugar donde nació Jesús no había ningún buey ni asno y confirma en cambio la existencia de la estrella de Belén, que guió a los Reyes Magos y asegura que probablemente se trataba de una supernova, es decir la etapa final explosiva de una estrella, fenómeno único e indicado por varios astrónomos en esa época.

En el epílogo, aborda el episodio final de la infancia de Jesús, cuando a los doce años se aleja por tres días de sus padres, María y José, para quedarse en Jerusalén debatiendo con los doctores en el Templo. Los libros anteriores de la trilogía sobre Jesús escritos por el Papa son: “Jesús de Nazaret” (Rizzoli 2007) y “Jesús de Nazaret: Del ingreso de Jerusalén hasta la resurrección (Librería Editora Vaticana 2011).


El Precio andará en torno a  17,00 €


martes, 20 de noviembre de 2012

disco para regalar en navidades, YA está en tiendas y en Spotify


RAY ALESSANDRO

Un fraile franciscano italiano de 34 años se convierte en la nueva sensación de la lírica



  • Fray Alessandro saca al mercado su primer disco 'Voice from Assisi', grabado en los míticos estudios de Abbey Road
  •   Un fraile franciscano italiano de 34 años se convierte en la nueva sensación de la lírica
    CARMEN RODRÍGUEZ-EFE | MADRIDPUBLICADA EL 18-11-2012

    Fray Alessandro es el primer fraile en firmar un contrato con una gran discográfica, la Decca, que ya ha puesto en el mercado su primer disco "Voice from Assisi", pero él, un hombre tímido y de gustos sencillos, lo tiene claro, su voz "es un don de Dios" y cantar es "vivir un momento de paraíso". Una voz limpia y potente descubierta por el productor Mike Hedges (U2, The Cure) que encontró al fraile en su monasterio de Porzuncola (Asís, Italia) después de pasar años buscando a un nuevo tenor italiano, y con quien ha grabado un disco de cantos sacros, tanto tradicionales como modernos.  

    El hermano Alessandro, de 34 años, tuvo la ocasión de viajar a Londres-”fue la primera vez que tomé un avión”, recuerda- para grabar en los míticos estudios de Abbey Road. Así, dejó atrás una vida tranquila y dedicada a su convento, fundado por San Francisco de Asís, a la que espera volver una vez terminada la promoción del disco, cuyos beneficios dedicará a las obras de caridad de los Frailes Menores, pues tiene voto de pobreza.
    “Soy una persona más bien tranquila, me gusta la vida casera y muy simple, por lo que encontrarme ahora dando vueltas por Europa para promocionar el CD y la popularidad me está desconcertando un poco mi manera de ser“, reconoce en una entrevista, aunque lo acepta con “alegría” porque, según sus palabras, “es Dios quien se lo ha pedido”.
    De conversación alegre y dispuesto a la risa, Alessandro espera que este disco pueda ser un medio de difusión de la cultural musical. Pero también quiere dar “un poco de esperanza al mundo” porque cree que “la música bella es realmente un mensaje de la belleza de Dios” y ayuda a las personas a encontrarse con el Señor, pues “en esto está la evangelización porque es Dios quien habla directamente a través de la música”, afirma.
    En “Voice from Assisi” se pueden escuchar temas como “Fratello Sole, Sorella Luna” del compositor de los sesenta Donovan, el Ave María de Schubert o “Le Lodi di Dio Altissimo”, una tema de Paul Mealor arreglo de una oración escrita por San Francisco de Asís. De todos ellos, el tema preferido del fraile es “Sancta María” de la “Cavalleria Rusticana”: “La primera vez que lo escuché fue en televisión y recuerdo que me impresionó muchísimo, hasta las lágrimas, era algo estupendo, increíble, se me quedó marcado en el corazón”.
    Sin miedo a la fama
    A la espera de saber si su disco será un éxito, el monje no le tiene miedo a la fama porque él no es famoso, lo es su voz, que no le “pertenece totalmente”. ”Es un talento que me ha dado Dios y no puedo hacer con él lo que quiera -asegura-, estoy llamado a devolverlo, a darlo a los otros”, de manera que puedan vivir su misma experiencia. “Cuando canto vivo, en un cierto modo, un momento de paraíso”, afirma.
    A pesar de su amor por la música -empezó a tocar el órgano a los 9 años-, su relación con ella no siempre fue fácil, pues al encontrar su vocación religiosa pensó que ambas eran incompatibles. Tampoco lo tuvo fácil con el canto, le dijeron que su voz era demasiado aguda, pero una vez en el convento como postulante comenzó a hacer ejercicios de respiración y de ellos surgió su actual talento.
    Su camino hasta los estudios Abbey Road comenzó con una prueba que le organizó un profesor de canto de Perugia, al que conoció en un concierto, y de ahí llegó hasta la Decca. Sin embargo fray Alessandro no tenía claro si debía firmar y fueron los monjes de su congregación y sus amigos quienes le hicieron ver que “podía tratarse de una misión que Dios” le estaba pidiendo.
    Ahora está contento porque ha conocido a mucha gente, con la que ha podido compartir “algo hermoso” y no faltan palabras de elogio para Michel Hedges. “Cuando le conocí estaba muy emocionado”, asegura, y con él ha trabajado “estupendamente”, ya que asegura que “es un gran profesional y tiene una gran humanidad”.
    Este fraile que también vivió una crisis de vocación, la cual le llevó a retirarse durante tres años, no pierde, a pesar de su vida monacal, su conexión con el mundo, de hecho está activo en las redes sociales y sigue todo tipo de música.
    Su maestro ha sido Johann Sebastian Bach, pero también admira a Michael Jackson, “un gran músico y un gran innovador que debería ser estudiado muy a fondo”. Ahora está estudiando la música del dj brasileño Amontovin, al que considera “muy interesante” y es un apasionado del minimalismo, aunque no desprecia ningún tipo de música.
    Y para el futuro, no hay planes. “Espero la voluntad de Dios, lo que me indique en mi camino lo haré (..) Estoy abierto a 360 grados, no tengo proyectos particulares porque en mi vida, siempre que he dejado actuar a Dios, me ha sorprendido profundamente, por lo tanto le dejo hacer a él”.

    jueves, 15 de noviembre de 2012

    Dominus Iesus Documento de la Congregacion para la doctrina de la Fe


    El 6 de agosto de 2000, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), con la aprobación del Papa Juan Pablo II, emitió la Declaración Dominus Iesus sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia (en adelante citada como DI). Éste fue uno de los documentos doctrinales más importantes del largo pontificado de Juan Pablo II.
    La forma solemne en que se expresa dicha aprobación subraya la importancia de este documento del Magisterio: “El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la Audiencia del día 16 de junio de 2000, concedida al infrascrito Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con ciencia cierta y con su autoridad apostólica, ha ratificado y confirmado esta Declaración decidida en la Sesión Plenaria, y ha ordenado su publicación.” (énfasis agregado por mí).
    La declaración DI consta de una introducción, seis capítulos o secciones y una conclusión.
    La introducción expone de forma clara y concisa el objetivo de la declaración. En el contexto del diálogo interreligioso impulsado por el Concilio Vaticano II han surgido o prosperado algunas teorías teológicas relativistas, que han puesto en peligro el perenne anuncio misionero de la Iglesia. La DI pretende volver a exponer la doctrina de la fe católica sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Cristo y de la Iglesia y refutar los errores que se le oponen (cf. DI, nn. 1-4).
    A mi juicio, el núcleo esencial de la DI se encuentra en siete proposiciones que repiten una misma expresión solemne: “Debe ser firmemente creída” [tal o cual afirmación de la fe católica]. En todos los casos, el texto original enfatiza las palabras “firmemente creída”.
    En el Capítulo I (Plenitud y definitividad de la revelación de Jesucristo) encontramos la siguiente proposición: “Debe ser, en efecto, firmemente creída la afirmación de que en el misterio de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, el cual es «el camino, la verdad y la vida» (cf. Jn 14,6), se da la revelación de la plenitud de la verdad divina” (DI, n. 5).
    Es decir que Jesucristo mismo es la plenitud de la divina revelación.
    Además, en el mismo capítulo aparece la siguiente proposición: “Debe ser, por lo tanto,firmemente retenida la distinción entre la fe teologal y la creencia en las otras religiones.” (DI, n. 7; énfasis presentes en el original).
    Es decir que se debe distinguir entre la fe cristiana, respuesta adecuada del hombre a la revelación de Dios en Cristo, y la creencia en las otras religiones, resultados más o menos acertados de la búsqueda de la verdad religiosa por parte del hombre.
    Dado que la CDF no temió repetir siete veces en un mismo documento la expresión “firmemente creída”, supongo que probablemente el uso, en este caso, de la expresión “firmemente retenida” no busca evitar la monotonía literaria, sino aludir a una calificación teológica diferente.
    En el Capítulo II (El Logos encarnado y el Espíritu Santo en la obra de la salvación) encontramos las siguientes dos proposiciones.
    Debe ser, en efecto, firmemente creída la doctrina de fe que proclama que Jesús de Nazaret, hijo de María, y solamente Él, es el Hijo y Verbo del Padre.” (DI, n. 10).
    Igualmente, debe ser firmemente creída la doctrina de fe sobre la unicidad de la economía salvífica querida por Dios Uno y Trino, cuya fuente y centro es el misterio de la encarnación del Verbo, mediador de la gracia divina en el plan de la creación y de la redención (cf. Col 1,15-20), recapitulador de todas las cosas (cf. Ef 1,10), «al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención» (1 Co 1,30).” (DI, n. 11).
    Es decir que la misión visible del Hijo y la misión invisible del Espíritu Santo constituyen el único plan de salvación establecido por Dios.
    En el Capítulo III (Unicidad y universalidad del misterio salvífico de Jesucristo) encontramos las siguientes dos proposiciones.
    En efecto, debe ser firmemente creída, como dato perenne de la fe de la Iglesia, la proclamación de Jesucristo, Hijo de Dios, Señor y único salvador, que en su evento de encarnación, muerte y resurrección ha llevado a cumplimiento la historia de la salvación, que tiene en él su plenitud y su centro.” (DI, n. 13).
    Debe ser, por lo tanto, firmemente creída como verdad de fe católica que la voluntad salvífica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una vez para siempre en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios.” (DI, n. 14)
    Es decir que Jesucristo, el único Salvador del mundo, es la cumbre de la historia de salvación.
    En el Capítulo IV (Unicidad y unidad de la Iglesia) encontramos la siguiente proposición: “Por eso, en conexión con la unicidad y la universalidad de la mediación salvífica de Jesucristo, debe serfirmemente creída como verdad de fe católica la unicidad de la Iglesia por Él fundada.” (DI, n. 16).
    Además, en el mismo capítulo figura la siguiente proposición: “Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica –radicada en la sucesión apostólica– entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia católica.” (DI, n. 16; énfasis en el original).
    Es decir que la Iglesia católica es la única Iglesia de Cristo.
    La expresión “obligados a profesar” parece indicar, para esta doctrina, una calificación teológica similar a la de las siete verdades de fe señaladas con la expresión “firmemente creída”.
    En el Capítulo V (Iglesia, Reino de Dios y Reino de Cristo) no aparece ninguna vez la expresión “firmemente creída”. Opino que el núcleo doctrinal de este capítulo está contenido en las siguientes afirmaciones:
    El Reino de Dios que conocemos por la Revelación no puede ser separado ni de Cristo ni de la Iglesia” (DI, n. 18).
    El Reino es tan inseparable de Cristo que, en cierta forma, se identifica con Él” (DI, nota 73)
    Es decir que el Reino de Dios, inseparable de Cristo y de la Iglesia, en cierto modo se identifica con el mismo Cristo.
    En el Capítulo VI (La Iglesia y las religiones en relación con la salvación) encontramos la siguiente proposición: “Ante todo, debe ser firmemente creído que la «Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación, pues Cristo es el único Mediador y el camino de salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y Él, inculcando con palabras concretas la necesidad del bautismo (cf. Mt 16,16; Jn 3,5), confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta».” (DI, n. 20).
    Es decir que la Iglesia terrena es necesaria para la salvación.
    Además, destaco una nota que afirma la necesidad de adherirse a una determinada interpretación (que podríamos llamar “incluyente”, en contraste con la interpretación “excluyente” de algunos tradicionalistas) de este dogma de fe: “La conocida fórmula extra Ecclesiam nullus omnino salvatur debe ser interpretada en el sentido aquí explicado” (DI, nota 82; énfasis agregado por mí).
    La DI explica dicho dogma de la siguiente manera: “Esta doctrina no se contrapone a la voluntad salvífica universal de Dios (cf. 1 Tm 2,4); por lo tanto, «es necesario, pues, mantener unidas estas dos verdades, o sea, la posibilidad real de la salvación en Cristo para todos los hombres y la necesidad de la Iglesia en orden a esta misma salvación». La Iglesia es «sacramento universal de salvación» porque, siempre unida de modo misterioso y subordinada a Jesucristo el Salvador, su Cabeza, en el diseño de Dios, tiene una relación indispensable con la salvación de cada hombre. Para aquellos que no son formal y visiblemente miembros de la Iglesia, «la salvación de Cristo es accesible en virtud de la gracia que, aun teniendo una misteriosa relación con la Iglesia, no les introduce formalmente en ella, sino que los ilumina de manera adecuada en su situación interior y ambiental. Esta gracia proviene de Cristo; es fruto de su sacrificio y es comunicada por el Espíritu Santo». Ella está relacionada con la Iglesia, la cual «procede de la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo», según el diseño de Dios Padre.” (DI, n. 20)
    Recientemente una alta autoridad eclesiástica planteó la necesidad de un nuevo Syllabus para contrarrestar la confusión doctrinal que padece la Iglesia contemporánea. Opino que la Declaración Dominus Iesus marca un camino más fructuoso, en buena parte ya recorrido durante las últimas décadas. El actual Magisterio de la Iglesia no gusta de redactar meros catálogos de errores o herejías, sino que prefiere la vía expositiva: ante todo repropone la auténtica fe católica y luego extrae de ella las debidas consecuencias, incluyendo el rechazo de los principales errores doctrinales relativos al tema en cuestión. Se sigue así un procedimiento dialogal que es fundamental para la nueva evangelización. La Iglesia Católica debe evitar dar la falsa impresión de que su doctrina no es más que un conjunto de negaciones y subrayar que cada uno de sus “no” proviene de un “sí” más grande.

    sábado, 3 de noviembre de 2012

    creo pero aumenta mi Fe


    CREO, PERO AUMENTA MI FE (DIÁLOGOS SOBRE EL CREDO CON MONS. MUNILLA)


    Nuevo libro del obispo de San Sebastián con respuestas a "la pregunta del hombre de hoy"

    MADRID, domingo 14 octubre (ZENIT.org).- Las preguntas de este libro-entrevista a monseñor Munilla han sido formuladas siguiendo a grandes rasgos el Credo niceno-constantinopolitano.
    Partiendo de temas referentes a la afirmación "Creo", se organizan luego en tomo al desarrollo trinitario propio de nuestro Credo, en el que van apareciendo las grandes cuestiones de nuestra fe.
    Este sencillo libro dirigido al gran público y publicado por la editorial Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) ofrece las respuestas a interrogantes formulados en tono claro que recogen en ocasiones tópicos y pretenden acertar con lo que es "la pregunta del hombre de hoy".
    "A la pregunta del hombre contemporáneo no se responde con afirmaciones meramente humanas, de tipo sociológico, terapéutico, psicológico o histórico. El hombre busca la respuesta de Dios. Jesús se encarnó precisamente para traernos esa respuesta salvadora de Dios, y la Iglesia vive con el deseo de transmitirla a los hombres", afirma la editorial en la presentación del libro.