sábado, 15 de diciembre de 2012

En bilbao , video flashmob WOP Today is my future


martes, 11 de diciembre de 2012

Libro para regalar en Navidad, También en ebook. Es finito 144 Paginas.


Ágape

El amor generoso, incondicional, el amor sin límites
Una invitación a la oración
Si el mundo en el que vivimos nos asusta, hemos de llegar a lo más recóndito del corazón, donde sólo habita el lenguaje del alma, de los sentimientos, de la fe. Un camino que se recorre en Ágape.
El sacerdote brasileño Marcelo Rossi nos ofrece una obra bella e impactante en la que mediante interpretaciones del Evangelio de San Juan —y a través de testimonios de vida iluminadores, como la madre Teresa de Calcuta, Santa Teresa de Ávila o San Juan de la Cruz— se abordan cuestiones fundamentales para el ser humano, como el amor, la tolerancia, la humildad y el perdón. Una obra inspiradora que nos enseña a amar al otro, a compartir. Ágape es una reflexión intuitiva y certera en la que la Palabra de Dios se convierte en auxilio para una sociedad que ha perdido sus valores y que necesita con urgencia algo de luz.

Portada de Ágape

Ficha técnica

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Colección:
 
Fuera de colección 
Páginas:
 
144
 
Publicación:
 
19/09/2012
Temática:
 
Religión y creencias 
Formato:
 
Cartoné 13 x 21,5 
Precio:
 
15,00 €

ISBN:
 
9788403012912
 
EAN:
 
9788403012912

Otros formatos

Ebook

Ágape en formato Ebook
Precio:
 
6,99 €
 
E-ISBN:
 
9788403013049

copiado de http://www.librosaguilar.com/es/libro/agape/

jueves, 29 de noviembre de 2012

sábado, 24 de noviembre de 2012

Año de la Fe En Vizcaya

Durante el Año de la Fe, que comenzó el pasado 11 de octubre y se prolongará hasta el 24 de noviembre de 2013, podrán lograr la Indulgencia plenaria los fieles que tras cumplir las condiciones de confesión sacramental, comunión eucarística y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice visiten en peregrinación y participen en alguna celebración sagrada en determinados templos.


Los templos diocesanos en que podrá lograrse la indulgencias durante el presente Año de la Fe son: La catedral de Santiago; los santuarios de Nuestra Señora de Begoña, San Felicísimo de Deusto y los Santos Antonios de Urkiola;  y las basílicas de Portugalete, Durango, Elorrio y Lekeitio. Los fieles que así lo deseen, también pueden recibir indulgencia plenaria en las diferentes solemnidades del Señor y de la Virgen, fiestas de los Apóstoles y en el día de nuestros Patronos. También en un día libremente elegido, renovando las promesas bautismales junto a la fuente bautismal. Las personas enfermas e impedidas pueden recibirla rezando en su residencia el Credo y el Padrenuestro y otras oraciones.


jueves, 22 de noviembre de 2012

La trilogia de Benedicto XVI, la Infancia de Jesús


El Papa finalizó una trilogía sobre la vida de Jesús de Nazaret

En el último libro habla sobre su niñez. Asegura que en el Pesebre no había buey ni asno pero confirma la estrella de Belén.

Edición Impresa: jueves, 22 de noviembre de 2012
El Papa finalizó una trilogía sobre la vida de Jesús de Nazaret
El Papa Benedicto XVI recibe una copia de su nuevo libro “La infancia de Jesús”. (AFP)

Agencia AFP

El Vaticano presentó el tercer y último libro del Papa Benedicto XVI dedicado a la infancia de Jesús de Nazaret, con el que culmina un extenso análisis sobre la figura central del cristianismo y "dialoga" con las narraciones de Mateo y Lucas.

El libro, con el título “La infancia de Jesús”, de 147 páginas, traducido a nueve idiomas y que será distribuido en 50 países, es el fruto de nueve años de trabajo y fue iniciado cuando el Papa era aún el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, y uno de los teólogos más prominentes de la Iglesia Católica.

“Quiso dedicar todos sus ratos libres a ese proyecto, tan deseado”, contó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, durante el lanzamiento en el Vaticano al que asistieron centenares de periodistas y religiosos.

En el prefacio, el Papa explica que “no se trata del volumen tercero” sino de una pequeña “antesala” a los dos libros precedentes en los que abordó la vida pública de Jesús (2007) y los episodios de su pasión y muerte (2011).

“Aquí he buscado interpretar un diálogo con revelaciones del pasado y del presente, es decir, lo que Mateo y Lucas cuentan al inicio de sus Evangelios sobre la infancia de Jesús”, escribió el pontífice.

Durante la presentación, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, explicó que se basa ante todo en 180 versos de los Evangelios de Mateo y Lucas.
La infancia de Jesús ha sido “muy ilustrada” y generó “una selva de escritos”, explicó Ravasi. La editorial Rizzoli adelantó algunos fragmentos tomados de las páginas 36 y 38 de la obra, en las que el Papa recuerda que “Jesús nació en una época determinada con precisión. Al inicio de la actividad pública de Jesús, Lucas ofrece una vez más una fecha detallada y cuidada de aquel momento: es el 15º año del imperio de Tiberio César”.

“Jesús pertenece a un tiempo exactamente datado y a un ambiente geográfico exactamente indicado: lo universal y lo concreto se tocaban el uno al otro”, añadió. Los libros del Papa se han convertido en casos editoriales, entre ellos el libro entrevista “Luz del mundo”, que vendió más de un millón de ejemplares.

El Pesebre
Dividido en cuatro capítulos, Benedicto XVI aborda los textos sobre el anuncio del nacimiento de Jesús, su significado, analiza el alcance del diálogo entre María y el arcángel Gabriel y explica también el contexto histórico en el que nació. Benedicto XVI afirma que Jesús nació entre los años 6 o 7 antes de la fecha oficialmente reconocida, confirmando las investigaciones de varios historiadores que sostienen que el monje Dionisio cometió un error de datación al cambiar el calendario.

El teólogo Joseph Ratzinger sostiene que en el humilde lugar donde nació Jesús no había ningún buey ni asno y confirma en cambio la existencia de la estrella de Belén, que guió a los Reyes Magos y asegura que probablemente se trataba de una supernova, es decir la etapa final explosiva de una estrella, fenómeno único e indicado por varios astrónomos en esa época.

En el epílogo, aborda el episodio final de la infancia de Jesús, cuando a los doce años se aleja por tres días de sus padres, María y José, para quedarse en Jerusalén debatiendo con los doctores en el Templo. Los libros anteriores de la trilogía sobre Jesús escritos por el Papa son: “Jesús de Nazaret” (Rizzoli 2007) y “Jesús de Nazaret: Del ingreso de Jerusalén hasta la resurrección (Librería Editora Vaticana 2011).


El Precio andará en torno a  17,00 €


martes, 20 de noviembre de 2012

disco para regalar en navidades, YA está en tiendas y en Spotify


RAY ALESSANDRO

Un fraile franciscano italiano de 34 años se convierte en la nueva sensación de la lírica



  • Fray Alessandro saca al mercado su primer disco 'Voice from Assisi', grabado en los míticos estudios de Abbey Road
  •   Un fraile franciscano italiano de 34 años se convierte en la nueva sensación de la lírica
    CARMEN RODRÍGUEZ-EFE | MADRIDPUBLICADA EL 18-11-2012

    Fray Alessandro es el primer fraile en firmar un contrato con una gran discográfica, la Decca, que ya ha puesto en el mercado su primer disco "Voice from Assisi", pero él, un hombre tímido y de gustos sencillos, lo tiene claro, su voz "es un don de Dios" y cantar es "vivir un momento de paraíso". Una voz limpia y potente descubierta por el productor Mike Hedges (U2, The Cure) que encontró al fraile en su monasterio de Porzuncola (Asís, Italia) después de pasar años buscando a un nuevo tenor italiano, y con quien ha grabado un disco de cantos sacros, tanto tradicionales como modernos.  

    El hermano Alessandro, de 34 años, tuvo la ocasión de viajar a Londres-”fue la primera vez que tomé un avión”, recuerda- para grabar en los míticos estudios de Abbey Road. Así, dejó atrás una vida tranquila y dedicada a su convento, fundado por San Francisco de Asís, a la que espera volver una vez terminada la promoción del disco, cuyos beneficios dedicará a las obras de caridad de los Frailes Menores, pues tiene voto de pobreza.
    “Soy una persona más bien tranquila, me gusta la vida casera y muy simple, por lo que encontrarme ahora dando vueltas por Europa para promocionar el CD y la popularidad me está desconcertando un poco mi manera de ser“, reconoce en una entrevista, aunque lo acepta con “alegría” porque, según sus palabras, “es Dios quien se lo ha pedido”.
    De conversación alegre y dispuesto a la risa, Alessandro espera que este disco pueda ser un medio de difusión de la cultural musical. Pero también quiere dar “un poco de esperanza al mundo” porque cree que “la música bella es realmente un mensaje de la belleza de Dios” y ayuda a las personas a encontrarse con el Señor, pues “en esto está la evangelización porque es Dios quien habla directamente a través de la música”, afirma.
    En “Voice from Assisi” se pueden escuchar temas como “Fratello Sole, Sorella Luna” del compositor de los sesenta Donovan, el Ave María de Schubert o “Le Lodi di Dio Altissimo”, una tema de Paul Mealor arreglo de una oración escrita por San Francisco de Asís. De todos ellos, el tema preferido del fraile es “Sancta María” de la “Cavalleria Rusticana”: “La primera vez que lo escuché fue en televisión y recuerdo que me impresionó muchísimo, hasta las lágrimas, era algo estupendo, increíble, se me quedó marcado en el corazón”.
    Sin miedo a la fama
    A la espera de saber si su disco será un éxito, el monje no le tiene miedo a la fama porque él no es famoso, lo es su voz, que no le “pertenece totalmente”. ”Es un talento que me ha dado Dios y no puedo hacer con él lo que quiera -asegura-, estoy llamado a devolverlo, a darlo a los otros”, de manera que puedan vivir su misma experiencia. “Cuando canto vivo, en un cierto modo, un momento de paraíso”, afirma.
    A pesar de su amor por la música -empezó a tocar el órgano a los 9 años-, su relación con ella no siempre fue fácil, pues al encontrar su vocación religiosa pensó que ambas eran incompatibles. Tampoco lo tuvo fácil con el canto, le dijeron que su voz era demasiado aguda, pero una vez en el convento como postulante comenzó a hacer ejercicios de respiración y de ellos surgió su actual talento.
    Su camino hasta los estudios Abbey Road comenzó con una prueba que le organizó un profesor de canto de Perugia, al que conoció en un concierto, y de ahí llegó hasta la Decca. Sin embargo fray Alessandro no tenía claro si debía firmar y fueron los monjes de su congregación y sus amigos quienes le hicieron ver que “podía tratarse de una misión que Dios” le estaba pidiendo.
    Ahora está contento porque ha conocido a mucha gente, con la que ha podido compartir “algo hermoso” y no faltan palabras de elogio para Michel Hedges. “Cuando le conocí estaba muy emocionado”, asegura, y con él ha trabajado “estupendamente”, ya que asegura que “es un gran profesional y tiene una gran humanidad”.
    Este fraile que también vivió una crisis de vocación, la cual le llevó a retirarse durante tres años, no pierde, a pesar de su vida monacal, su conexión con el mundo, de hecho está activo en las redes sociales y sigue todo tipo de música.
    Su maestro ha sido Johann Sebastian Bach, pero también admira a Michael Jackson, “un gran músico y un gran innovador que debería ser estudiado muy a fondo”. Ahora está estudiando la música del dj brasileño Amontovin, al que considera “muy interesante” y es un apasionado del minimalismo, aunque no desprecia ningún tipo de música.
    Y para el futuro, no hay planes. “Espero la voluntad de Dios, lo que me indique en mi camino lo haré (..) Estoy abierto a 360 grados, no tengo proyectos particulares porque en mi vida, siempre que he dejado actuar a Dios, me ha sorprendido profundamente, por lo tanto le dejo hacer a él”.

    jueves, 15 de noviembre de 2012

    Dominus Iesus Documento de la Congregacion para la doctrina de la Fe


    El 6 de agosto de 2000, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), con la aprobación del Papa Juan Pablo II, emitió la Declaración Dominus Iesus sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia (en adelante citada como DI). Éste fue uno de los documentos doctrinales más importantes del largo pontificado de Juan Pablo II.
    La forma solemne en que se expresa dicha aprobación subraya la importancia de este documento del Magisterio: “El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la Audiencia del día 16 de junio de 2000, concedida al infrascrito Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con ciencia cierta y con su autoridad apostólica, ha ratificado y confirmado esta Declaración decidida en la Sesión Plenaria, y ha ordenado su publicación.” (énfasis agregado por mí).
    La declaración DI consta de una introducción, seis capítulos o secciones y una conclusión.
    La introducción expone de forma clara y concisa el objetivo de la declaración. En el contexto del diálogo interreligioso impulsado por el Concilio Vaticano II han surgido o prosperado algunas teorías teológicas relativistas, que han puesto en peligro el perenne anuncio misionero de la Iglesia. La DI pretende volver a exponer la doctrina de la fe católica sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Cristo y de la Iglesia y refutar los errores que se le oponen (cf. DI, nn. 1-4).
    A mi juicio, el núcleo esencial de la DI se encuentra en siete proposiciones que repiten una misma expresión solemne: “Debe ser firmemente creída” [tal o cual afirmación de la fe católica]. En todos los casos, el texto original enfatiza las palabras “firmemente creída”.
    En el Capítulo I (Plenitud y definitividad de la revelación de Jesucristo) encontramos la siguiente proposición: “Debe ser, en efecto, firmemente creída la afirmación de que en el misterio de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, el cual es «el camino, la verdad y la vida» (cf. Jn 14,6), se da la revelación de la plenitud de la verdad divina” (DI, n. 5).
    Es decir que Jesucristo mismo es la plenitud de la divina revelación.
    Además, en el mismo capítulo aparece la siguiente proposición: “Debe ser, por lo tanto,firmemente retenida la distinción entre la fe teologal y la creencia en las otras religiones.” (DI, n. 7; énfasis presentes en el original).
    Es decir que se debe distinguir entre la fe cristiana, respuesta adecuada del hombre a la revelación de Dios en Cristo, y la creencia en las otras religiones, resultados más o menos acertados de la búsqueda de la verdad religiosa por parte del hombre.
    Dado que la CDF no temió repetir siete veces en un mismo documento la expresión “firmemente creída”, supongo que probablemente el uso, en este caso, de la expresión “firmemente retenida” no busca evitar la monotonía literaria, sino aludir a una calificación teológica diferente.
    En el Capítulo II (El Logos encarnado y el Espíritu Santo en la obra de la salvación) encontramos las siguientes dos proposiciones.
    Debe ser, en efecto, firmemente creída la doctrina de fe que proclama que Jesús de Nazaret, hijo de María, y solamente Él, es el Hijo y Verbo del Padre.” (DI, n. 10).
    Igualmente, debe ser firmemente creída la doctrina de fe sobre la unicidad de la economía salvífica querida por Dios Uno y Trino, cuya fuente y centro es el misterio de la encarnación del Verbo, mediador de la gracia divina en el plan de la creación y de la redención (cf. Col 1,15-20), recapitulador de todas las cosas (cf. Ef 1,10), «al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención» (1 Co 1,30).” (DI, n. 11).
    Es decir que la misión visible del Hijo y la misión invisible del Espíritu Santo constituyen el único plan de salvación establecido por Dios.
    En el Capítulo III (Unicidad y universalidad del misterio salvífico de Jesucristo) encontramos las siguientes dos proposiciones.
    En efecto, debe ser firmemente creída, como dato perenne de la fe de la Iglesia, la proclamación de Jesucristo, Hijo de Dios, Señor y único salvador, que en su evento de encarnación, muerte y resurrección ha llevado a cumplimiento la historia de la salvación, que tiene en él su plenitud y su centro.” (DI, n. 13).
    Debe ser, por lo tanto, firmemente creída como verdad de fe católica que la voluntad salvífica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una vez para siempre en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios.” (DI, n. 14)
    Es decir que Jesucristo, el único Salvador del mundo, es la cumbre de la historia de salvación.
    En el Capítulo IV (Unicidad y unidad de la Iglesia) encontramos la siguiente proposición: “Por eso, en conexión con la unicidad y la universalidad de la mediación salvífica de Jesucristo, debe serfirmemente creída como verdad de fe católica la unicidad de la Iglesia por Él fundada.” (DI, n. 16).
    Además, en el mismo capítulo figura la siguiente proposición: “Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica –radicada en la sucesión apostólica– entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia católica.” (DI, n. 16; énfasis en el original).
    Es decir que la Iglesia católica es la única Iglesia de Cristo.
    La expresión “obligados a profesar” parece indicar, para esta doctrina, una calificación teológica similar a la de las siete verdades de fe señaladas con la expresión “firmemente creída”.
    En el Capítulo V (Iglesia, Reino de Dios y Reino de Cristo) no aparece ninguna vez la expresión “firmemente creída”. Opino que el núcleo doctrinal de este capítulo está contenido en las siguientes afirmaciones:
    El Reino de Dios que conocemos por la Revelación no puede ser separado ni de Cristo ni de la Iglesia” (DI, n. 18).
    El Reino es tan inseparable de Cristo que, en cierta forma, se identifica con Él” (DI, nota 73)
    Es decir que el Reino de Dios, inseparable de Cristo y de la Iglesia, en cierto modo se identifica con el mismo Cristo.
    En el Capítulo VI (La Iglesia y las religiones en relación con la salvación) encontramos la siguiente proposición: “Ante todo, debe ser firmemente creído que la «Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación, pues Cristo es el único Mediador y el camino de salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y Él, inculcando con palabras concretas la necesidad del bautismo (cf. Mt 16,16; Jn 3,5), confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta».” (DI, n. 20).
    Es decir que la Iglesia terrena es necesaria para la salvación.
    Además, destaco una nota que afirma la necesidad de adherirse a una determinada interpretación (que podríamos llamar “incluyente”, en contraste con la interpretación “excluyente” de algunos tradicionalistas) de este dogma de fe: “La conocida fórmula extra Ecclesiam nullus omnino salvatur debe ser interpretada en el sentido aquí explicado” (DI, nota 82; énfasis agregado por mí).
    La DI explica dicho dogma de la siguiente manera: “Esta doctrina no se contrapone a la voluntad salvífica universal de Dios (cf. 1 Tm 2,4); por lo tanto, «es necesario, pues, mantener unidas estas dos verdades, o sea, la posibilidad real de la salvación en Cristo para todos los hombres y la necesidad de la Iglesia en orden a esta misma salvación». La Iglesia es «sacramento universal de salvación» porque, siempre unida de modo misterioso y subordinada a Jesucristo el Salvador, su Cabeza, en el diseño de Dios, tiene una relación indispensable con la salvación de cada hombre. Para aquellos que no son formal y visiblemente miembros de la Iglesia, «la salvación de Cristo es accesible en virtud de la gracia que, aun teniendo una misteriosa relación con la Iglesia, no les introduce formalmente en ella, sino que los ilumina de manera adecuada en su situación interior y ambiental. Esta gracia proviene de Cristo; es fruto de su sacrificio y es comunicada por el Espíritu Santo». Ella está relacionada con la Iglesia, la cual «procede de la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo», según el diseño de Dios Padre.” (DI, n. 20)
    Recientemente una alta autoridad eclesiástica planteó la necesidad de un nuevo Syllabus para contrarrestar la confusión doctrinal que padece la Iglesia contemporánea. Opino que la Declaración Dominus Iesus marca un camino más fructuoso, en buena parte ya recorrido durante las últimas décadas. El actual Magisterio de la Iglesia no gusta de redactar meros catálogos de errores o herejías, sino que prefiere la vía expositiva: ante todo repropone la auténtica fe católica y luego extrae de ella las debidas consecuencias, incluyendo el rechazo de los principales errores doctrinales relativos al tema en cuestión. Se sigue así un procedimiento dialogal que es fundamental para la nueva evangelización. La Iglesia Católica debe evitar dar la falsa impresión de que su doctrina no es más que un conjunto de negaciones y subrayar que cada uno de sus “no” proviene de un “sí” más grande.

    sábado, 3 de noviembre de 2012

    creo pero aumenta mi Fe


    CREO, PERO AUMENTA MI FE (DIÁLOGOS SOBRE EL CREDO CON MONS. MUNILLA)


    Nuevo libro del obispo de San Sebastián con respuestas a "la pregunta del hombre de hoy"

    MADRID, domingo 14 octubre (ZENIT.org).- Las preguntas de este libro-entrevista a monseñor Munilla han sido formuladas siguiendo a grandes rasgos el Credo niceno-constantinopolitano.
    Partiendo de temas referentes a la afirmación "Creo", se organizan luego en tomo al desarrollo trinitario propio de nuestro Credo, en el que van apareciendo las grandes cuestiones de nuestra fe.
    Este sencillo libro dirigido al gran público y publicado por la editorial Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) ofrece las respuestas a interrogantes formulados en tono claro que recogen en ocasiones tópicos y pretenden acertar con lo que es "la pregunta del hombre de hoy".
    "A la pregunta del hombre contemporáneo no se responde con afirmaciones meramente humanas, de tipo sociológico, terapéutico, psicológico o histórico. El hombre busca la respuesta de Dios. Jesús se encarnó precisamente para traernos esa respuesta salvadora de Dios, y la Iglesia vive con el deseo de transmitirla a los hombres", afirma la editorial en la presentación del libro.

    domingo, 28 de octubre de 2012

    Para escuchar en iPhone, aplicación goear

    Te pongo Aquí la dirección de un página de un aplicación gratuita para tu iPhone www.goear.com .
    En esta App podrás  goear podrás escuchar musica gratis online, subir tus canciones MP3, crear listas de reproducción y radio online. Letras de canciones, lyrics y partituras.

    Un abrazo y a la vez que te mando una oración te pido una por mi y los míos.



    Homilía de Benedicto XVI en la clausura del Sínodo de los Obispos


    De http://sinodo2012.wordpress.com


    Homilía de Benedicto XVI en la clausura del Sínodo de los Obispos


    Domingo, 28 de octubre de 2012
    Venerables hermanos,
    ilustres señores y señoras,
    queridos hermanos y hermanas:
    El milagro de la curación del ciego Bartimeo ocupa un lugar relevante en la estructura del Evangelio de Marcos. En efecto, está colocado al final de la sección llamada «viaje a Jerusalén», es decir, la última peregrinación de Jesús a la Ciudad Santa para la Pascua, en donde él sabe que lo espera la pasión, la muerte y la resurrección. Para subir a Jerusalén, desde el valle del Jordán, Jesús pasó por Jericó, y el encuentro con Bartimeo tuvo lugar a las afueras de la ciudad, mientras Jesús, como anota el evangelista, salía «de Jericó con sus discípulos y bastante gente» (10, 46); gente que, poco después, aclamará a Jesús como Mesías en su entrada a Jerusalén. Bartimeo, cuyo nombre, como dice el mismo evangelista, significa «hijo de Timeo», estaba precisamente sentado al borde del camino pidiendo limosna. Todo el Evangelio de Marcos es un itinerario de fe, que se desarrolla gradualmente en el seguimiento de Jesús. Los discípulos son los primeros protagonistas de este paulatino descubrimiento, pero hay también otros personajes que desempeñan  un papel importante, y Bartimeo es uno de éstos. La suya es la última curación prodigiosa que Jesús realiza antes de su pasión, y no es casual que sea la de un ciego, es decir una persona que ha perdido la luz de sus ojos. Sabemos también por otros textos que en los evangelios la ceguera tiene un importante significado. Representa al hombre que tiene necesidad de la luz de Dios, la luz de la fe, para conocer verdaderamente la realidad y recorrer el camino de la vida. Es esencial reconocerse ciegos, necesitados de esta luz, de lo contrario se es ciego para siempre (cf. Jn 9,39-41).
    Bartimeo, pues, en este punto estratégico del relato de Marcos, está puesto como modelo. Él no es ciego de nacimiento, sino que ha perdido la vista: es el hombre que ha perdido la luz y es consciente de ello, pero no ha perdido la esperanza, sabe percibir la posibilidad de un encuentro con Jesús y confía en él para ser curado. En efecto, cuando siente que el Maestro pasa por el camino, grita: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,47), y lo repite con fuerza (v. 48). Y cuando Jesús lo llama y le pregunta qué quiere de él, responde: «Maestro, que pueda ver» (v. 51). Bartimeo representa al hombre que reconoce el propio mal y grita al Señor, con la confianza de ser curado. Su invocación, simple y sincera, es ejemplar, y de hecho – al igual que la del publicano en el templo: «Oh Dios, ten compasión de este pecador» (Lc 18,13) – ha entrado en la tradición de la oración cristiana. En el encuentro con Cristo, realizado con fe, Bartimeo recupera la luz que había perdido, y con ella la plenitud de la propia dignidad: se pone de pie y retoma el camino, que desde aquel momento tiene un guía, Jesús, y una ruta, la misma que Jesús recorre. El evangelista no nos dice nada más de Bartimeo, pero en él nos muestra quién es el discípulo: aquel que, con la luz de la fe, sigue a Jesús «por el camino» (v. 52).
    San Agustín, en uno de sus escritos, hace una observación muy particular sobre la figura de Bartimeo, que puede resultar también interesante y significativa para nosotros. El Santo Obispo de Hipona reflexiona sobre el hecho de que Marcos, en este caso, indica el nombre no sólo de la persona que ha sido curada, sino también del padre, y concluye que «Bartimeo, hijo de Timeo, era un personaje que de una gran prosperidad cayó en la miseria, y que ésta condición suya de miseria debía ser conocida por todos y de dominio público, puesto que no era solamente un ciego, sino un mendigo sentado al borde del camino. Por esta razón Marcos lo recuerda solamente a él, porque la recuperación de su vista hizo que ese milagro tuviera una resonancia tan grande como la fama de la desventura que le sucedió» (Concordancia de los evangelios, 2, 65, 125: PL 34, 1138). Hasta aquí san Agustín.
    Esta interpretación, que ve a Bartimeo como una persona caída en la miseria desde una condición de «gran prosperidad», nos hace pensar; nos invita a reflexionar sobre el hecho de que hay riquezas preciosas para nuestra vida, y que no son materiales, que podemos perder. En esta perspectiva, Bartimeo podría ser la representación de cuantos viven en regiones de antigua evangelización, donde la luz de la fe se ha debilitado, y se han alejado de Dios, ya no lo consideran importante para la vida: personas que por eso han perdido una gran riqueza, han «caído en la miseria» desde una alta dignidad –no económica o de poder terreno, sino cristiana –, han perdido la orientación segura y sólida de la vida y se han convertido, con frecuencia inconscientemente, en mendigos del sentido de la existencia. Son las numerosas personas que tienen necesidad de una nueva evangelización, es decir de un nuevo encuentro con Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios (cf. Mc 1,1), que puede abrir nuevamente sus ojos y mostrarles el camino. Es significativo que, mientras concluimos la Asamblea sinodal sobre la nueva evangelización, la liturgia nos proponga el Evangelio de Bartimeo. Esta Palabra de Dios tiene algo que decirnos de modo particular a nosotros, que en estos días hemos reflexionado sobre la urgencia de anunciar nuevamente a Cristo allá donde la luz de la fe se ha debilitado, allá donde el fuego de Dios es como un rescoldo, que pide ser reavivado, para que sea llama viva que da luz y calor a toda la casa.
    La nueva evangelización concierne toda la vida de la Iglesia. Ella se refiere, en primer lugar, a la pastoral ordinaria que debe estar más animada por el fuego del Espíritu, para encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad y que se reúnen en el día del Señor para nutrirse de su Palabra y del Pan de vida eterna. Deseo subrayar tres líneas pastorales que han surgido del Sínodo. La primera corresponde a los sacramentos de la iniciación cristiana. Se ha reafirmado la necesidad de acompañar con una catequesis adecuada la preparación al bautismo, a la confirmación y a la Eucaristía. También se ha reiterado la importancia de la penitencia, sacramento de la misericordia de Dios. La llamada del Señor a la santidad, dirigida a todos los cristianos, pasa a través de este itinerario sacramental. En efecto, se ha repetido muchas veces que los verdaderos protagonistas de la nueva evangelización son los santos: ellos hablan un lenguaje comprensible para todos, con el ejemplo de la vida y con las obras de caridad.
    En segundo lugar, la nueva evangelización está esencialmente conectada con la misión ad gentes. La Iglesia tiene la tarea de evangelizar, de anunciar el Mensaje de salvación a los hombres que aún no conocen a Jesucristo. En el transcurso de las reflexiones sinodales, se ha  subrayado también que existen muchos lugares en África, Asía y Oceanía en donde los habitantes, muchas veces sin ser plenamente conscientes, esperan con gran expectativa el primer anuncio del Evangelio. Por tanto es necesario rezar al Espíritu Santo para que suscite en la Iglesia un renovado dinamismo misionero, cuyos protagonistas sean de modo especial los agentes pastorales y los fieles laicos. La globalización ha causado un notable desplazamiento de poblaciones; por tanto el primer anuncio se impone también en los países de antigua evangelización. Todos los hombres tienen el derecho de conocer a Jesucristo y su Evangelio; y a esto corresponde el deber de los cristianos, de todos los cristianos – sacerdotes, religiosos y laicos -, de anunciar la Buena Noticia.
    Un tercer aspecto tiene que ver con las personas bautizadas pero que no viven las exigencias del bautismo. Durante los trabajos sinodales se ha puesto de manifiesto que estas personas se encuentran en todos los continentes, especialmente en los países más secularizados. La Iglesia les dedica una atención particular, para que encuentren nuevamente a Jesucristo, vuelvan a descubrir el gozo de la fe y regresen a las prácticas religiosas en la comunidad de los fieles. Además de los métodos pastorales tradicionales, siempre válidos, la Iglesia intenta utilizar también métodos nuevos, usando asimismo nuevos lenguajes, apropiados a las diferentes culturas del mundo, proponiendo la verdad de Cristo con una actitud de diálogo y de amistad que tiene como fundamento a Dios que es Amor. En varias partes del mundo, la Iglesia ya ha emprendido dicho camino de creatividad pastoral, para acercarse a las personas alejadas y en busca del sentido de la vida, de la felicidad y, en definitiva, de Dios. Recordamos algunas importantes misiones ciudadanas, el «Atrio de los gentiles», la Misión Continental, etcétera. Sin duda el Señor, Buen Pastor, bendecirá abundantemente dichos esfuerzos que provienen del celo por su Persona y su Evangelio.
    Queridos hermanos y hermanas, Bartimeo, una vez recuperada la vista gracias a Jesús, se unió al grupo de los discípulos, entre los cuales seguramente había otros que, como él, habían sido curados por el Maestro. Así son los nuevos evangelizadores: personas que han tenido la experiencia de ser curados por Dios, mediante Jesucristo. Y su característica es una alegría de corazón, que dice con el salmista: «El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres» (Sal 125,3). También nosotros hoy, nos dirigimos al Señor, Redemptor hominis y Lumen gentium, con gozoso agradecimiento, haciendo nuestra una oración de san Clemente de Alejandría: «Hasta ahora me he equivocado en la esperanza de encontrar a Dios, pero puesto que tú me iluminas, oh Señor, encuentro a Dios por medio de ti, y recibo al Padre de ti, me hago tu coheredero, porque no te has avergonzado de tenerme por hermano. Cancelemos, pues, cancelemos el olvido de la verdad, la ignorancia; y removiendo las tinieblas que nos impiden la vista como niebla en los ojos, contemplemos al verdadero Dios…; ya que una luz del cielo brilló sobre nosotros sepultados en las tinieblas y prisioneros de la sombra de muerte, [una luz] más pura que el sol, más dulce que la vida de aquí abajo» (Protrettico, 113, 2- 114,1). Amén.

    jueves, 18 de octubre de 2012

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    martes, 16 de octubre de 2012

    Resumen de la Carta Porta Fidei


    En camino hacia el Año de la Fe

    “Será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe”
    CARTA APOSTÓLICA- PORTA FIDEI
    Benedicto XVI- octubre 11 de 2011
    Resumen elaborado por: Mons. Carlos Arturo Gómez (Obispo de Dicocesis Zipaquirá)

    Objetivo de la Carta: convocar el Año de la fe (11 octubre de 2012- 24 de noviembre de 2013). Motivos: 50º aniversario de Apertura del Concilio Vaticano II y 20º aniversario de publicación del Catecismo de la Iglesia Católica: “será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe”.(cfr. Nº 4)

    La carta está inspirada en el texto de Hch 14, 27 “A su llegada (a Antioquia) reunieron a la Iglesia y se pusieron a contar todo cuanto Dios había hecho juntamente con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe”.  // 1 Co 16, 9; 2 Co 2, 12; Col 4, 3: “” se me ha abierto una puerta grande y prometedora”…“para que nos abra una puerta a la Palabra, y podamos anunciar el Misterio de Cristo”.

    1. Convocación y significado del año de la fe(Nº 1-4):
    Significado de la puerta: Introducir en la vida de comunión con Dios y permitir entrar en su Iglesia; cruzarla cuando se acepta la Palabra en el corazón; atravesarla para emprender el camino de la fe que empieza en el bautismo y concluye con el paso de la muerte a la vida eterna. De la fe: profesar la fe en la Trinidad. (Nº 1)

    Se invita y exige a la Iglesia hoy a redescubrir el camino de la fe, una fe que no puede darse por supuesta. Esta redescubrimiento se logra acercándose al pozo de la escucha de la Palabra de Dios, de esta manera se ilumina la vida, se llena de alegría y entusiasmo renovado por el Encuentro con Cristo. Creer en Jesucristo es el camino para poder llegar de modo definitivo a la salvación (Nº 2-3).

    Los contenidos esenciales de nuestra fe, que son patrimonio de todos los creyentes, tienen necesidad de ser confirmados, comprendidos y profundizados de manera siempre nueva, con el fin de dar un testimonio coherente en condiciones históricas distintas a las del pasado. (Nº 4)

    1. La profunda renovación que nos plantea el Concilio Vaticano II (Nº 5 - 10)
    Este año de la fe es ocasión para leer nuevamente y asimilarlos textos del Concilio Vaticano II. Ellos son textos que forman parte de la Tradición de la Iglesia y representan una brújula segura de orientación y fuerza de renovación en el camino de la Iglesia en el siglo XXI (Nº 5). Este año es también invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor que dé como fruto  una vida nueva en todas sus dimensiones (Nº 6).

    Esta fe crece y se fortalece creyendo y dándola. Es la fe y el amor de Cristo que nos impulsa a evangelizar (Nº 7). Por ello necesitamos que en este año nuestra adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa (Nº 8), se llegue a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, se celebre dignamente la fe en la liturgia, se testimonie esta fe y se haga oración (Nº 9).

    1. Creer con el corazón, profesar con los labios y llevar la fe a la vida: una meta a alcanzar con la ayuda del Catecismo y el recorrido por la historia de la fe (Nº 11-14):
    Hay unidad profunda entre el acto con el que se cree (con el corazón se cree) y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento (con los labios se profesa). El corazón indica que el primer acto con el que se llega a la fe es don de Dios y acción de la gracia. Profesar con la boca indica, a su vez, que la fe implica un testimonio y un compromiso público. Creer no es un hecho privado, es un hecho personal y al mismo tiempo comunitario (Fe de la Iglesia). Por tal razón el conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para el propio asentimiento (Nº 10). Para acceder a un conocimiento sistemático del contenido de la fe, podemos contar con el Catecismo de la Iglesia Católica. Este no es meramente un libro que contiene teorías sino que nos lleva al encuentro con una Persona que vive en la Iglesia. El catecismo nos lleva por un camino: la fe que se profesa (Símbolo de la fe), la fe que se celebra (Sacramentos), la fe que se hace vida (Mandamientos) y la fe que se hace oración (Padre Nuestro)(Nº 11).

    Es importante que en este año de la Fe se forme a los cristianos para que tengan claridad al responder a interrogantes actuales como la integración entre la fe y la verdadera ciencia (Nº 12). Será decisivo en este año recorrer la historia de nuestra fe a través de la cualponemos la mirada fija en Jesucristo, admiramos nuevamente la figura de María en su experiencia de fe, contemplamos la fe y la audacia misionera de los Apóstoles y de los discípulos de la primera comunidad, redescubrimos la fe de los mártires y de los santos de todos los tiempos hasta llegar a nosotros que vivimos por la fe (Nº 13).

    El año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad, pues la fe va acompañada de obras. Sostenidos en esta fe, miramos con esperanza a nuestro compromiso en el mundo (Nº 14). 

    1. Conclusión: una invitación personal a buscar la fe
    La Carta concluye con una invitación a buscar la fe: “Vete al alcance… de la fe” (2 Tim 2, 22), para que ninguno de nosotros se vuelva perezoso en la fe sino que seamos signos vivos de la presencia de Cristo resucitado en el mundo y manifestemos nuestra alegría y confianza en medio de las pruebas y los sufrimientos, basados en la firme certeza que el Señor Jesús ha vencido al mal y a la muerte. (Nº 15)

    lunes, 15 de octubre de 2012

    cocherencia del Clero


    LOS PADRES SINODALES SUBRAYAN LA IMPORTANCIA DE LA COHERENCIA Y LA SANTIDAD DEL CLERO


    Nuevos medios de comunicación, caridad, testimonio, entre los aspectos tocados hoy

    Por H. Sergio Mora
    CIUDAD DEL VATICANO, viernes 12 octubre 2012 (ZENIT.org).- La reunión de los padres sinodales, hoy viernes por la mañana, no contó con la presencia de Benedicto XVI, quien recibió a personalidades y delegaciones en la sala Clementina, entre ellos al patriarca ecuménico Bartolomé I, quien ayer dirigió sus palabras a los padres sinodales. En cambio el papa almorzó con todos los padres sinodales y los padres conciliares del Vaticano II presentes en Roma, en las instalaciones del Aula Pablo VI.
    Esta mañana, en la sala del sínodo, se recordó además la festividad de la Virgen del Pilar y los 520 años del inicio de la evangelización en América Latina, según indicó el portavoz español José María Gil a los periodistas.
    La santidad del clero
    "Los obispos y sacerdotes sean maestros de santidad" fue el punto suscitado por el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, que indicó la necesidad de que amen la eucaristía, la confesión y la piedad sincera. Exhortó a los presbíteros a sentarse habitualmente en los confesionarios, y a preparar bien las homilías, pues para muchos fieles es la única ocasión en la semana de escuchar el mensaje de Cristo. Y por supuesto a "vivir lo que se predica y predicar lo que se vive".
    El cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero, también subrayó la importancia de la formación y santidad del clero, y exhortó a no aceptar que por crisis numérica de vocaciones se reduzca lo esencial de ministerio ordenado, se desacralice al sacerdote de sus características de sobrenaturalidad y sacramentalidad. Revindicó en cambio, "elevar el tono espiritual de los sacerdotes y de las comunidades" con la "conversión personal y la oración pues solamente una realidad evangelizada es evangelizadora".
    Sobre la falta de testimonio en cambio, entró directo el obispo de Canadá, Brian Joseph Dunn: "¿Cómo podemos evangelizar a quienes fueron heridos profundamente por hombres de la Iglesia por abusos sexuales? Hay que dar la posibilidad a las víctimas de ser escuchadas para comprender su profundo dolor; entender los motivos que llevaron a esta crisis; alentar la corresponsabilidad en las actitudes y emotividad, cuando se trabaja en contacto con los laicos”. Y sugirió involucrar más a las mujeres instituyendo un ministerio de catequista.
    A las vocaciones se refirió el rector mayor de los salesianos, padre Pascual Chávez, al recordar que la evangelización es un elemento inseparable de las mismas. Dijo que la autenticidad de una buena evangelización se ve en la capacidad de suscitar vocaciones, dando la posibilidad a los jóvenes de descubrirla en sus diversos caminos: el sacerdocio, el matrimonio, el empeño social y eclesial. Y sugirió acompañarlos durante todo el camino de su elección.
    El obispo hondureño Juan José Pineda enfatizó el papel de la parroquia para la transmisión de la fe cristiana, creando lugares de vida cristiana y de testimonio en un estado de misión permanente, evitando así actitudes burocráticas.
    Comunicación digital, arte, música, cultura
    Otra de la intervenciones de espesor fue la del cardenal Gianfranco Ravasi, que sobre la nueva evangelización indicó la necesidad de saber adoptar nuevos cánones en la comunicación digital en particular la narración por imágenes. En el ámbito de la secularización, subrayó el éxito de la iniciativa “El Atrio de los Gentiles”, con su búsqueda del Dios desconocido que es buscado por muchos no creyentes. Otro punto fue el de la evangelización a través de las expresiones artísticas del arte moderno sin que pierda la sacralidad del culto cristiano. Sin olvidar la cultura juvenil con sus experiencias y fecundidad, en particular la música y el deporte.
    Concluyó indicando que la fe no debe temerle al mundo de la ciencia: “En el caso de la incompatibilidad entre ciencia y fe y del abuso de una sobre la otra y viceversa, como ha sucedido en el pasado y como a veces sucede hoy, es necesario cambiar el recíproco reconocimiento de la dignidad de los respectivos estatutos epistemológicos: la ciencia se dedica a la 'escena', es decir, al fenómeno, mientras que la teología y la filosofía se centran en el 'fundamento'”, afirmó.
    Testimonio de caridad y evangélico
    Valorar el envidiable testimonio de caridad que la Iglesia ofrece al mundo, fue la invitación del cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, de la que nacen numerosas conversiones, y que son una gran contribución a la evangelización.
    "Iglesia en América Latina vive y evangeliza en la región del planeta con mayores desigualdades sociales" recordó el obispo argentino Jose Eduardo Lozano, y consideró que poner en segundo plano a los desvalidos hace que el mensaje deje de ser la Buena Nueva para transformarse en palabras vacías.
    De los prelados latinoamericanos, el arzobispo de Trujillo, Perú, monseñor Héctor Cabrejos Vidarte indicó: "Si el testimonio evangélico será siempre joven y creativo, entonces la fe será fiel al mensaje del Reino de Dios". Un nuevo actuar y vivir un estilo de vida que nos vuelva creíbles.
    El obispo de San Cristóbal, Venezuela, Mario del Valle Moronta Rodríguez, propuso como línea teológico pastoral para la nueva evangelización el trinomio "comunión, testimonio, servicio".
    Un camino consolidado 
    El miércoles por la tarde, el arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española Blázquez, habló del Camino Neocatecumenal, nacido en el ámbito del concilio, relacionando a la nueva evangelización y a la iniciación cristiana, y recordó su aprobación por el papa como método adecuado de formación católica.
    Añadió que los catecúmenos unen la clara dimensión personal y eclesial de la fe cristiana, en donde se crea una profunda fraternidad, y la persona se siente apoyada por los otros hermanos para vivir cristianamente, incluso en una sociedad hostil. Añadió que sus participantes descubren las realidades de la fe cristiana y la liturgia es fortalecida por el conocimiento personal y de la sagrada escritura. Por ello, monseñor Blázquez indicó: "He querido a la luz del la historia del Camino Neocatecumenal, presentar no un proyecto sino una realidad concreta de la conexión entre iniciación cristiana y nueva evangelización".